Alianzas que influyan en el cambio a nivel de las políticas y las decisiones de carácter público

Juana Damaris José

Viceministra del Ministerio de la Mujer, República Dominicana

Ponencia presentada en el evento “Grupos de apoyo de mujeres de LACRO: un camino integral hacia la paz y cohesión social”

En nombre del Ministerio de la Mujer agradezco la invitación a participar en esta importante actividad. El Ministerio de la Mujer es el ente rector de las políticas públicas sobre los derechos de las mujeres, la igualdad y la equidad de género; en la ley que lo crea se instituye con claridad la necesidad de establecer alianzas entre el Estado y la sociedad para asegurar la cohesión social y garantizar la transversalidad de género en todas las políticas públicas.

Juana Damaris José, Viceministra del Ministerio de la Mujer, República Dominicana

Las desigualdades que enfrentan las mujeres requieren de políticas públicas orientadas a fortalecer su ciudadanía activa y al establecimiento de diálogos que aseguren entornos seguros. Desmontar todo el imaginario social sobre el cual se ha fundamentado la subordinación de las mujeres precisa un pacto social que remueva los cimientos de las desigualdades y permita avanzar hacia sociedades más inclusivas, democráticas e igualitarias, como un requisito impostergable para alcanzar la paz y la cohesión social. El mandato de transversalidad de género en las políticas públicas encierra la obligatoriedad de construir alianzas, fomentar el diálogo y tender puentes entre actores diversos que desde diferentes escenarios trabajan para asegurar la paz y una convivencia social armoniosa.

El enfoque de integralidad de las políticas públicas contra la violencia hacia las mujeres debe abordar todas las dimensiones biopsicosociales del ser humano dañadas por la violencia en sus distintas manifestaciones. A tales efectos, los organismos del Estado tenemos como prioridad trabajar de manera articulada junto a la sociedad civil para la prevención, atención integral, persecución, reparación y sanción de la violencia contra las mujeres, las adolescentes y las niñas. En el ámbito público se requiere la integración de la mayoría de las instituciones del Estado en alianza con el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones comunitarias, ayuntamientos, iglesias, juntas de vecinos, organizaciones de mujeres y con los diferentes grupos de apoyo que se conforman para impulsar acciones de prevención y atención. La coordinación es uno de los elementos centrales para garantizar que la respuesta a la violencia contra las mujeres sea integral, multidisciplinaria, sistemática y sostenida. De ahí que declarar de alto interés la articulación de una política nacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, las adolescentes y las niñas constituya un hecho sin precedentes en los esfuerzos estatales por erradicar la violencia en el país.

Para erradicar la violencia contra las mujeres, las adolescentes y las niñas, se requiere, en el ámbito público, la integración de la mayoría de las instituciones del Estado en alianza con el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones comunitarias, ayuntamientos, iglesias, juntas de vecinos, organizaciones y grupos de mujeres que se conforman para impulsar acciones de prevención y atención.

La efectividad de las políticas y acciones de prevención, atención y reparación está vinculada con la capacidad de generar sinergias y establecer alianzas para el seguimiento a las diferentes políticas, buscando coherencia en la aplicación de protocolos, normas, herramientas y metodologías de intervención. Esas coordinaciones nos permitirán ir acumulando las evidencias que contribuyan a la toma de decisiones sobre políticas públicas.

Para el Ministerio de la Mujer es fundamental que las mujeres que han experimentado situaciones de violencia puedan crear redes de apoyo para fortalecer su autoconfianza, resiliencia, manejar la culpa y crear comunidad de pares y empoderamiento personal y colectivo. Esas redes deben contribuir a que las mujeres se reconozcan como sujetas de derecho y que internalicen que es posible vivir sin violencia. Desde el Ministerio de la Mujer se impulsa una estrategia de responsabilidad social para que las instituciones privadas, organizaciones sociales y las personas en general se involucren activamente en los esfuerzos para prevenir, atender y erradicar la violencia contra las mujeres, las adolescentes y las niñas.

Establecer vínculos con organizaciones como Catholic Relief Services (CRS) contribuye a cambiar la realidad en la que vivimos, lo cual nos involucra a todos, pues erradicar la violencia contra las mujeres no solamente es trabajo de ellas. Así, las participantes de los grupos de apoyo GAM tienen en sus manos una herramienta que les permite observar de manera crítica lo que hasta ahora parece normal, y gracias a ese esfuerzo que hacemos seguiremos avanzando, desmontando roles y estereotipos que carecen de fundamento. Sabemos que las mujeres no somos el sexo débil, al contrario, somos el sexo fuerte, somos resilientes, somos decididas. Ahora hablamos de masculinidad positiva, algo que anteriormente no estaba contemplado; ahora también involucramos tanto a hombres como a mujeres, quienes también somos, en la mayoría de los casos, difusoras del machismo aprendido que viene de esa historia y crianza patriarcal en la cual hemos estado involucradas desde niñas.

Le agradecemos a Catholic Relief Services por estar dispuestos a trabajar con el Ministerio de la Mujer de República Dominicana, dedicando tiempo y recursos a los proyectos que manejamos para que estos sigan teniendo continuidad. Desde el ministerio, y en nombre de la ministra Mayra Jiménez, les recuerdo que estamos dispuestas a seguir trabajando de manera conjunta. Formamos un equipo integral y multidisciplinario de personas comprometidas a brindar apoyo y contribuir a que todas las mujeres, sin importar las situaciones que hayan pasado, logren crecer en todos los ámbitos de su vida, teniendo siempre presente que no están solas.

Establecer vínculos con organizaciones como CRS contribuye a cambiar la realidad en la que vivimos, lo cual nos involucra a todos, no solamente es trabajo de las mujeres. Las participantes de los grupos de apoyo GAM tienen en sus manos una herramienta que les permite observar de manera crítica lo que hasta ahora parece normal, y gracias a ese esfuerzo que hacemos seguiremos avanzando, desmontando roles y estereotipos que carecen de fundamento.

Finalmente, quiero manifestar nuevamente lo orgullosa que me siento de todas esas mujeres a las cuales ustedes les transmiten sus conocimientos para que puedan ser multiplicadoras de lo que aprenden en GAM. Estamos comprometidas a seguir este tipo de proyecto y pueden contar con nosotras desde el Ministerio de la Mujer. Muchísimas gracias a todas.