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“Con GAM aprendí a levantar el vuelo”

  • Grupo de apoyo de mujeres GAM
  • 7 ago
  • 4 Min. de lectura

Diez años de esta hermosa aventura en Acapulco, México


Por Isabel Aguilar Umaña


Aunque se pueda contar la historia, actividad tras actividad, informe tras informe, hito tras hito, dar cuenta de la profunda densidad humana que representan diez años de facilitar grupos de apoyo de mujeres (GAM) en Acapulco no sería tarea fácil. En todo caso, sería una tarea que probablemente requeriría muchos folios llenos de palabras; muchas palabras llenas tanto de llanto como de sonrisas; muchas sonrisas y lágrimas llenas de sanación; mucha sanación, al fin, llena tanto de esperanza como de acción concreta en favor de las mujeres, sus familias y sus comunidades.


Foto grupal de las asistentes a la celebración del décimo aniversario de GAM en México.
Foto grupal de las asistentes a la celebración del décimo aniversario de GAM en México.

La metodología ¡Mujer, no estás sola! para facilitar los GAM llegó a México después de que Sagrario Cristerna, de Cáritas de la Arquidiócesis de Acapulco; Sanjuana Rodríguez, de Respuesta Alternativa, en San Luis Potosí; y Jimena Esquivel, de Cáritas Mexicana, fueran invitadas por CRS a un GAM que se realizaría en 2015 en República Dominicana y que sería facilitado por Fabiola Falconí, excolaboradora de CRS y autora de lo que ahora conocemos como “guía GAM”.


De regreso a Acapulco, Sagrario se dio a la tarea de comenzar un primer grupo, lo cual sembró la semilla para que poco a poco se abrieran otros, y otros más, hasta llegar a diez años de expansión del GAM en esa ciudad del estado de Guerrero.


Después del primer paso que diera Sagrario, distintas compañeras de Cáritas de la Arquidiócesis de Acapulco han asumido liderazgos clave para la expansión de la metodología, no solo en su ciudad, sino en varios estados de la República mexicana. A partir de la primera siembra la cosecha ha sido abundante, pues el país ha llegado a contar con la participación voluntaria y decidida de aproximadamente 364 mujeres que, tras haber vivido la experiencia GAM y haber recibido un entrenamiento adicional, se convirtieron en facilitadoras y en distintos momentos han liderado grupos de apoyo. Vale decir que de estas mujeres siguen activas 152, lo cual constituye un número significativo que nos habla de su persistencia, vocación inclaudicable de servicio y amor por la metodología.


Intervención de Fabiola Falconi, autora de la metodología ¡Mujer, no estás sola!
Intervención de Fabiola Falconi, autora de la metodología ¡Mujer, no estás sola!

Las facilitadoras de GAM en Acapulco, las técnicas de Cáritas, el personal de CRS en México y a nivel regional, párrocos, religiosas y las mismas mujeres participantes han contribuido de una u otra forma a que más mujeres abran su corazón, aborden conflictos emocionales y traumas generados por la discriminación y la violencia en sus vidas y, poco a poco, con el poder sanador del grupo, inicien un camino de resiliencia que les ayude a desarrollar su potencial.


Una de dichas mujeres nos dice: “El GAM es un amor infinito que me mueve y me guía a mi bienestar emocional”. Otra, señala: “GAM es el nutriente que regenera mis raíces, mi ser, la proteína que llega y las hace crecer…”. Y como un mensaje que resuena fuerte y claro, otra nos regala estas palabras: “El grupo es el lugar donde una se siente valorada, querida, con la esperanza de lograr amarnos, transformarnos para poder transformar y poder ser seres de luz para iluminar a las demás y hacerlas sentir que no están solas: cuentan conmigo”. Sin duda, muchas de quienes hemos vivido esta metodología y ahora la facilitamos junto a otras mujeres podemos reconocernos y regocijarnos en todas estas palabras. Se percibe de forma muy nítida la identidad que genera GAM, aun cuando seamos de diferentes ciudades y nacionalidades.


Actividad en el marco de la celebración del décimo aniversario de GAM en México.
Actividad en el marco de la celebración del décimo aniversario de GAM en México.

Toda esta siembra de bienestar en medio de un contexto cuya violencia –entre otras dificultades– tiende a ensañarse de maneras particulares en contra de las mujeres ha sido posible gracias al apoyo decidido de la Iglesia católica. Así, además del trabajo incansable de Cáritas Acapulco y el invaluable apoyo del señor arzobispo, Leopoldo González González, el GAM ha sido posible porque los señores párrocos, algunas religiosas y, sin duda, un significativo número de laicas voluntarias, están haciendo posible lo que antes se creía imposible: dar respuesta a las necesidades particulares de las mujeres desde el seno de la Iglesia, en el marco de una estrategia decidida y articulada de construcción de paz.


La Iglesia reconoce que la paz se construye en el corazón de las personas, pero este a menudo se encuentra desconectado de sí mismo debido al dolor emocional y al trauma que han generado la violencia y las diversas injusticias que, como la discriminación, excluyen a los más vulnerables, impidiéndoles con tal exclusión el desarrollo de todo su potencial.


Religiosas de las Hermanas Misioneras de María Dolorosa, Siervas de la Inmaculada Concepción y Misioneras Trabajadoras Sociales de la Iglesia, compartiendo su experiencia con los GAM.
Religiosas de las Hermanas Misioneras de María Dolorosa, Siervas de la Inmaculada Concepción y Misioneras Trabajadoras Sociales de la Iglesia, compartiendo su experiencia con los GAM.

La sanación de las heridas contribuye al perdón y a la reconciliación; faculta a las personas a saber reconocer las distintas formas de violencia, con lo cual es más fácil oponerse a ellas desde la asertividad y el diálogo; ayuda a que los seres humanos afiancemos mayor bienestar integral, con lo cual podemos ser mejores personas. Se inicia así un ciclo virtuoso de autocuidado, cuidado de los demás y de nuestra casa común: ¡eso es construir paz en diferentes niveles!


El legado del GAM en Acapulco evidencia todo este camino de cambio, pues las mujeres, además de transformar sus vidas, están contribuyendo a transformar la vida de sus familias, de sus colonias, sus parroquias, comunidad y ciudad. Su ejemplo irradia ahora al país entero y nos inspira. Por eso no dudamos en elevar plegarias para que sigan caminando y acumulen muchos años más de vida, recordándonos que la paz es posible cuando todas y todos nos esforzamos por ese objetivo compartido, dando lo que podemos y tenemos con un corazón generoso y unas manos que hacen causa común con los demás.


Celebración eucarística oficiada por el Arzobispo de Acapulco Leopoldo González.
Celebración eucarística oficiada por el Arzobispo de Acapulco Leopoldo González.


 
 
 

1 comentario


Maricela Becerra
Maricela Becerra
12 ago

Fue una experiencia maravillosa e inolvidable

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